Prevenir y reducir el dolor articular

¡Buenos días!

A través de la web Opko Health Magazine, os dejamos una noticia de gran interés con respecto a la salud de las articulaciones, huesos y músculos.

Saber cuáles son los síntomas de la artrosis y cómo tratarla es la mejor manera de tener unas articulaciones sanas y una buena calidad de vida.

¿Qué es la artrosis?

La artrosis no es otra cosa que un deterioro o degeneración del cartílago de cualquiera de las articulaciones, especialmente en manos, rodillas, cadera y columna vertebral, y que acaba degenerando en una enfermedad crónica como consecuencia del desgaste posterior de los huesos.

Los síntomas más evidentes de esta enfermedad son dolores musculares, inflamación de las zonas afectadas y una reducción de la movilidad de estas zonas en actos cotidianos tan simples como podría ser cerrar la mano, subir escaleras o caminar.

Aunque esta patología se puede dar, en contra de lo que algunos piensan, a cualquier edad, si que es cierto que la frecuencia del diagnóstico de la artrosis aumenta con el paso de los años. Además, estadísticamente, es más frecuente en mujeres que en hombres, aunque haya una predisposición genética a padecerla.

Según la Organización Mundial de la Salud, para el 2020 la artrosis será la 4ª causa de discapacidad como consecuencia del progresivo envejecimiento de la población al aumentar la esperanza de vida.

 

Factores de riesgo

Aunque se trata de un proceso inevitable, tener claros los síntomas de la artrosis y cómo tratarla es fundamental para, al menos, retrasar sus efectos o, en el mejor de los casos, minimizarlos.

Pero para ello es importante saber, antes que nada, cuales son los factores de riesgo más frecuentes causantes de la artrosis:

  • La barrera de los 50 provoca un aumento exponencial de esta enfermedad dentro de la población.
  • Como ya hemos indicado anteriormente, las mujeres tienen una mayor incidencia en lo que a esta enfermedad se refiere, especialmente a partir de la menopausia como consecuencia de la disminución de los niveles de estrógeno.
  • Genética. Detrás de un 65% de los casos existe un factor genético hereditario que no podemos obviar.
  • Tipo de trabajo. Todo tipo de actividad laboral que implique la repetición continuada de un movimiento, con el paso de los años puede degenerar en artrosis.
  • Alta actividad deportiva. Cuanto más próximo esté el nivel de actividad física a lo que sería un deportista de elite, mayor riesgo estaremos asumiendo.
  • Aunque no se trata de un factor directo, si que es un acelerante en su desarrollo, especialmente en caso específico de las rodillas.
  • Nos referimos a fracturas, impactos y lesiones en las mismas articulaciones. En estos casos no son causa directa, pero si que pueden ser un desencadenante para su aparición.

acido45Tipos de artrosis

A grandes rasgos, los diagnósticos mayoritarios de artrosis se pueden encuadrar en 4 grandes grupos:

  1. Es sin duda la casuística más habitual. Se distinguen dos tipos: las de origen por influencia genética y/o por envejecimiento, y las de origen en lesiones o fracturas (el caso de deportistas y/o de personas obesas).
  2. Aunque la genética es un gran factor de riesgo, son las mujeres las más afectadas por este tipo de artrosis. Va acompañada de la deformación de los huesos, afectando de manera determinante a la movilidad de la mano.
  3. Este tipo es bastante exclusivo de personas que superan los 50 años. El dolor se localiza en la ingle y en la parte interior del muslo, pudiéndose generar un reflejo hasta en la rodilla.
  4. Columna vertebral. Normalmente se localiza en la zona lumbar y cervical. A veces se diagnostica de manera fortuita por otro motivo.

Con pruebas a base de radiográficas y ecografías puede ser suficiente para diagnosticar la artrosis. En casos extremos se puede recurrir a un TC o una resonancia magnética según dictamine el profesional.

 

Los síntomas de la artrosis y cómo tratarla

Es importante tener claros cuales son los síntomas de la artrosis y cómo tratarla. Pero la realidad es que las casuísticas en que aparece la artrosis son muy variadas, progresivas y dilatadas a lo largo del tiempo. Además hay factores externos como son el calor o el frío que hacen que se alivien o agraven sus efectos.

Los síntomas que indican que padecemos artrosis son:

  • Empieza no siendo constante, censando durante un tiempo o al hacer reposo. Ya en casos avanzados, el dolor puede ser persistente incluso en reposo.
  • Inflamación de la articulación. Puede ir también acompañada de un aumento localizado de la temperatura de la zona afectada.
  • Derrame articular.
  • Deformidad articular (osteofitos).
  • Limitación de movimiento. Es la consecuencia final, especialmente cuando el dolor es muy agudo.

Como ya hemos indicado anteriormente, la artrosis es un proceso degenerativo de los cartílagos en el que el factor tiempo juega en nuestra contra. Por tanto, la mejor manera de tratarla es por medio de la prevención. Aquí os dejamos unos apuntes de por donde tiene que ir esta prevención de la artrosis:

  • Dieta sana y equilibrada. El ejemplo por excelencia de este concepto es la archi-conocida dieta mediterránea. Aunque también podemos recurrir a complementos alimenticios específicos que nos ayudan a combatir y tratar este tipo de dolencias.
  • Realizar ejercicio físico, pero de manera moderada. Si ya tienes diagnosticada la artrosis, evita deportes de contacto (fútbol, rugby,…) ya que, por si mismos, son desencadenantes de esta patología. Cualquier actividad por la que nos decantemos deberá estar acorde con nuestra edad, nuestra capacidad y con nuestro estado de forma.
  • Evitar el sobrepeso. Los dos puntos anteriores nos ayudan determinantemente en esta línea, así que no perdamos de vista la báscula para ir eliminando esos kilos de más. Si tenemos un cuadro de obesidad, no vendría de más ponernos en manos de un profesional.
  • Cuidar la ergonomía especialmente a nivel laboral. Una buena higiene postural, no cargar grandes pesos y evitar sobreesfuerzos son algunos de los detalles a tener en cuenta en nuestro trabajo y en nuestra vida cotidiana.
  • En caso de cuadros de dolor e inflamación se debe recurrir a medicamentos analgésicos y antiinflamatorios.
  • Y en casos extremos o finales de esta enfermedad, se puede recurrir a la cirugía como última opción terapéutica.

 

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